Unos datos escalofriantes que ponen de manifiesto la necesidad de concienciar a la sociedad sobre la importancia de prevenir, detectar y denunciar esta terrible realidad, derivada de la desprotección infantil.
Aunque no existe un perfil definido de la persona abusadora, ésta siempre manipula al menor y aprovecha su situación de poder y la vulnerabilidad de la víctima. En un 75% de los casos, se trata de familiares del menor; en un 20%, personas cercanas al núcleo familiar; y sólo en un 5%, desconocidos.
«El maltrato y la violencia sexual infantil suelen ocurrir en el entorno más próximo del niño.
Lamentablemente, los monstruos no sólo existen en los cuentos, también fuera de ellos»
los abusos se dan en todos los estratos sociales, si bien existe una mayor detección en familias desestructuradas ya que hay muchos profesionales velando por el bienestar de estos menores.