martes, 9 de noviembre de 2010

No gastes tu tiempo lamentandote algo que ya paso

"El siguiente relato es de un sobreviviente, una gran mujer que se conduce por el camino por la vida, que tuvo el coraje de salir adelante, que confió en su madre y que lucha por recuperarse, lo lograra pues depende de ella misma para conseguirlo.

Me siento orgulloso ser su amigo, aunque no la conozco físicamente, me contagia con su positivismo cuando aveces queremos tirar la toalla en esta lucha desigual contra el abuso sexual infantil.

Este su relato, es un homenaje a ella, a su lucha y por la lucha de todas las victimas de a.s.i, es una invitación a sanarse y a vivir."


No gastes tu tiempo lamentandote algo que ya paso. Ese es mi lema. Que no siempre me ha ayudado, lo admito, pero ayuda a mantenerme un poco sana, física y mentalmente.

El abuso sexual es un tema que conozco mas de lo que realmente quisiera. Lo viví a los 8 años, repetidas veces, varios fines de semana por algunos meses. Hasta que sin yo saberlo, decidí ponerle fin. Invente una excusa para que mi madre jamás me llevara a ese lugar ni una sola vez más.

Desde ese momento, todo se fue, desapareció de mi mente. No tuve recuerdos, solo las típicas pesadillas, y una sensación rara de que algo pasaba en mi, pero no sabia que. Y un día, de la nada... solo recordé. Se me vinieron recuerdos, solo por partes, pero no los ignore. Dure 2 años llorando sola en mi cuarto, recordando. Y luego empezó a notarse físicamente, hasta me llegue a provocar una enfermedad en la piel, pero junto con mi interior, todo empezó a sanar. Sólo hasta hace un año pude confesarlo a mi madre, en medio de mucho llanto y dificultad para hablar. Pero fue lo mejor que pude haber hecho, sacarlo de mi sistema, ya no es una carga, mi mamá y yo hemos buscado ayuda, porque claro... a ella le afecto casi al igual que a mi. Ahora todo va mucho mejor, podemos hablar del tema, tenemos bastante información, y sigo buscando a la psicóloga indicada.

Claro, aun quedan miedos, fobias y esas cosas. Hasta el momento no puedo dejar que casi nadie me toque sin mi permiso. Algunos días un simple abrazo puede hacer que me den nauseas. Pero estoy tratando de cambiarlo, y aunque tenga motivos para no ser lo... jamás dejo mi positivismo. Eso y mi madre, son mi motor para seguir, hay muchas cosas por las cuales ser feliz y vivir. Tengo manos, tengo pies, tengo ojos, gran capacidad intelectual, y voy a hacer todo lo posible por darles el mejor uso.

Ya no pierdo mi tiempo lamentándome, ni llorando, y no creo que nadie debería hacerlo, cuando ese tiempo podrías usarlo para pasarla bien con tu hijo, con tus padres, con tus amigos, divirtiéndote. Algo que me ha servido mucho es cansar mi mente. Haz actividades que te gusten, que te dejen exhausto y no tengas ganas de recordar cosas malas. Siempre hay algo porque luchar, encuentra lo y aferrarte. Ya eres fuerte por el solo hecho de ser una superviviente del abuso sexual! Todos valemos mucho, hay que querernos, cuidarnos y mimarnos.

Alarmantes cifras de abuso sexual infantil en México

México registra altos índices de abuso sexual infantil, en donde las víctimas son en su mayoría niñas y el promedio de edad de los afectados es de 5.7 años, reveló Ruth González Serratos, especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Al participar en el Simposio Repercusiones Clínicas y Psicológicas del Abuso Sexual, en el tercer día de actividades del VII Congreso Latinoamericano y II Iberoamericano “Sobre la Violencia contra Niñas, Niños y Adolescentes”, la especialista sostuvo que la sexualidad es utilizada como un instrumento que marca la imposición del poder y la ira sobre otro ser.

En su ponencia Síndrome Postraumático Inmediato y Mediato en Menores y Sobrevivientes de Violencia Sexual en la Infancia, la catedrática de la Facultad de Psicología de la UNAM, refirió que de junio de 1994 a mayo de 2002 la institución atendió 894 casos, de los que el 48.9 por ciento son sobrevivientes de abuso sexual en la infancia que no recibieron ningún tipo de ayuda y el 21.8 por ciento tuvo acceso a apoyo.

La edad promedio de la víctimas es de 5.7 años y el 77 por ciento son mujeres, mientras que en todos los casos la víctima conocía al agresor: el hermano en 19 por ciento; el padrastro en el 18 por ciento; el tío en un 16 por ciento y el padre en un 15 por ciento.

González Serratos manifestó que los menores abusados sexualmente presentan un síndrome de estrés postraumático que se manifiesta en alteraciones en los hábitos escolares en el 40 por ciento de los casos; en hábitos del sueño 10 por ciento y presentan además miedo a salir en un 70 por ciento; miedo a algún hombre en específico, a adultos en general, a que la madre sea agredida y a salir a jugar en un 60 por ciento.

GRAVES SECUELAS SICOLÓGICAS

La especialista dijo que en el síndrome de estrés postraumático en sobrevivientes de abuso sexual en la infancia, es decir las personas que fueron abusadas cuando eran menores y no recibieron ningún tipo de tratamiento, encontramos que el 85.3 por ciento hay una sensación de fealdad, sensación de no ser uno mismo 74 por ciento; usar ropa que esconda el cuerpo un 70 por ciento.

Respecto a su sexualidad, añadió, el 73 por ciento experimenta dificultad para integrar la sexualidad con las emociones y se sienten sucias sexualmente.

Hay auto devaluación en un 90 por ciento, sensación de ser diferentes 88 por ciento, enojo constante en un 91.3 por ciento, necesidad de controlar a otros 86.7 por ciento, incapacidad de decir “no” 86.7 por ciento, sentimiento de culpa en un 90 por ciento.

Por otra parte el doctor Jorge R. Pérez Espinosa, del Centro de Atención Psicoterapéutico para Mamás (CAPSIM) de la Facultad de Psicología de la UNAM, expuso que el 90 por ciento de las madres violentas fueron abusadas en su infancia y fueron además maltratadas por su madre o padre.

Expuso que estas madres tienen problemas para establecer el vínculo afectivo entre ellas y sus hijas e hijos, lo cual es resultado de la falta de atención que sufrieron cuando niñas.

Su autoestima, añadió, es muy baja y se autodefinen con “demonios”, “mala mujer”, “chantajistas” y “perversas”, ya que asumen conductas de intolerancia con sus hijos e hijas y porque muchas veces no han perdonado a sus padres y madres y a quienes abusaron de ellas.

Sostuvo que es importante la perseverancia de estos programas ya que el problema de la madre que maltrata a sus hijos no es sólo un asunto relacionado con la condición económica o nivel educativo, sino que se presenta en todos los estratos sociales y académicos.

En el mismo simposio, el maestro en Salud Pública, José Rubén Ramírez, indicó que la violencia hacia los niños, niñas y adolescentes es una obstrucción para el desarrollo de una sociedad con equidad.

EL SUICIDIO COMO SALIDA AL DOLOR

Expuso que es común encontrar que las niñas y los niños abusados sexualmente tengan repercusiones negativas como la muerte prematura por suicidio, homicidio o infecciones de transmisión sexual.

Así como problemas de salud física como lesiones, discapacidad, baja autoestima, comportamiento sexuales de riesgos para su salud, embarazos no deseados, abortos en situaciones de riesgo, lo que incrementa la mortalidad infantil y adolescente.

En este sentido, el especialista universitario consideró necesario crear modelos de atención multi-interdisciplinarios que deben ser obligatorios para los hospitales que atiendan a niñas, niños y adolescentes.

UNICEF: 83% hogares en REPUBLICA DOMINICANA cometen abuso infantil

En el 83 por ciento de los hogares de República Dominicana se ejerce castigo infantil, mientras que el 14 por ciento de los niños realiza algún tipo de trabajo que se agrava en zonas turísticas donde son sometidos a explotación sexual comercial, según los resultados de un estudio publicado hoy.

La investigación, dada a conocer por el capítulo local del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), determinó, además, que el mercado bilateral que se desarrolla dos veces por semana en la frontera dominicana con Haití facilita que los menores de edad sean explotados "sin control" alguno.

"Los niveles de abuso contra los niños, niñas y adolescentes en República Dominicana son igual de preocupantes a los que se practican en otros países de la región", afirmó el relator de la Niñez de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA), el brasileño Paulo Pinheiro.

El experto, quien habló para tratar el caso dominicano dentro del informe mundial sobre la violencia infantil elaborado por la ONU, lamentó que el 49 por ciento de la población local justifique el castigo infantil y consideró como "fundamental" para romper el ciclo de violencia dar apoyo a las víctimas y al agresor.

Afirmó que aún es "muy bajo" el nivel de abusos reportados ante las autoridades, aunque explicó que un 31 por ciento de los casos denunciados tiene que ver con abuso emocional, un 30 por ciento con abuso o agresión sexual, un 21 por ciento con negligencia y un 18 por ciento con abuso físico.

 
"Es complemente inaceptable que se ejerza violencia de cualquier tipo contra la población infantil y adolescente, estamos hablando de personas hasta los 18 años", exclamó el experto, quien reveló que el 40,7 por ciento de los casos de abusos sexuales denunciados en el país fue cometido en el hogar del agresor.

El estudio establece que los vecinos, amigos o novios son responsables del 86,3 por ciento de los abusos denunciados.

Pinheiro dijo que en cuanto a la explotación sexual comercial se determinó que las zonas turísticas de Boca Chica, Higüey (este), Sosúa (norte), y Las Terrenas y Samaná (noreste) se presenta un escenario agravado con el número de clientes extranjeros, mujeres y hombres, que buscan los servicios sexuales de los adolescentes.

"Es penoso que mientras en América Latina y el Caribe, la región de más altos niveles de homicidios en el mundo, se destine hasta un ocho por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en asuntos de seguridad, apenas un dos o tres por ciento es empleado en materia de educación", se quejó el Relator.

Pinheiro dijo que entre otras recomendaciones, el informe mundial plantea fortalecer los compromisos internacionales, prohibir completamente toda forma de violencia, promover servicios de recuperación, crear sistemas de denuncias, mejorar la capacidad de quienes trabajan con niños y poner fin a la impunidad.

"La situación de la marginalidad y la exclusión incita a los niños y adolescentes hacia el delito, pero es absolutamente contraproducente apelar a la mano dura, porque esto sólo aumenta los niveles de violencia, como sucedió en El Salvador tras cinco años con este método", apuntó el experto.